Enlaces químicos.
Un enlace
químico es el proceso químico responsable de las
interacciones atractivas entre átomos y moléculas, y que confiere estabilidad a los compuestos químicos diatómicos y poliatómicos.
La explicación de tales fuerzas atractivas es un área compleja que está
descrita por las leyes de la química cuántica.
Sin embargo, en la práctica, los químicos suelen apoyarse en la fisicoquímica o en descripciones
cualitativas que son menos rigurosas, pero más sencillas en su propia
descripción del enlace químico (vervalencia). En general, el enlace
químico fuerte está asociado con la compartición o transferencia de electrones entre los átomos
participantes. Las moléculas, cristales, y gases diatómicos -o sea la mayor
parte del ambiente físico que nos rodea está unido por enlaces químicos, que
determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.
Hay que tener en cuenta que las cargas opuestas se
atraen, porque, al estar unidas, adquieren una situación más estable (de menor entalpía) que cuando estaban separados. Esta
situación de mayor estabilidad suele darse cuando el número de electrones que
poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho, estructura que coincide
con la de los gases nobles ya que los electrones que orbitan el núcleo están
cargados negativamente, y que los protones en el núcleo lo están
positivamente, la configuración más estable del núcleo y los electrones es una
en la que los electrones pasan la mayor parte del tiempo entre los núcleos, que en otro lugar del
espacio. Estos electrones hacen que los núcleos se atraigan mutuamente.
Existen tres
tipos principales de enlaces quimicos: enlace ionico, enlace covalente y enlace
metalico. Estos enlaces, al condicionar las propiedades de las sustancias que
los presentan, permitir clasificarlas en
; ionicas, covalentes y metalicas o metales.
Enlace iónico.
En Química, un enlace iónico o electrovalente es la unión de átomos que resulta de
la presencia de atracción electrostática entre los iones de distinto
signo, es decir, uno fuertemente electropositivo (baja energía de ionización) y otro
fuertemente electronegativo (alta afinidad electrónica). Eso se da
cuando en el enlace, uno de los átomos capta
electrones del otro. La atracción electrostática entre los iones de carga
opuesta causa que se unan y formen un compuesto químico simple. Se denomina enlace
iónico al enlace químico de dos o
más átomos cuando
éstos tienen una diferencia de electronegatividad de ΔEN =
2 o mayor. Este tipo
de enlace fue propuesto por Walther Kossel en 1916.
Dado que los elementos implicados tienen
elevadas diferencias de electronegatividad, este enlace suele darse entre un compuesto metálico y uno no metálico. Se produce una
transferencia electrónica total de un átomo a otro formándose iones de
diferente signo. El metal dona uno o más electrones formando iones con carga positiva o cationes con una configuración
electrónica estable. Estos
electrones luego ingresan en el no metal, originando un ion cargado
negativamente o anión, que también tiene configuración electrónica
estable. Son estables pues ambos, según la regla del octeto o por la estructura de Lewis adquieren 8 electrones en su capa más exterior (capa de valencia), aunque esto
no es del todo cierto ya que contamos con varias excepciones, la del hidrógeno (H) que se llega al octeto con 2 electrones, el berilio (Be) con 4 ,el aluminio (Al) y el boro (B) que se
rodean de seis. Los compuestos iónicos forman
redes cristalinas constituidas por iones de carga opuesta, unidos por fuerzas
electrostáticas. Este tipo de atracción determina las propiedades observadas.
Si la atracción electrostática es fuerte, se forman sólidos cristalinos de
elevado punto
de fusión e
insolubles en agua;
si la atracción es menor, como en el caso del NaCl, el punto de fusión también es menor y, en general, son
solubles en agua e insolubles en líquidos apolares,
como el benceno.
El sodio y el cloro uniéndose iónicamente para formar cloruro de sodio.
En una unión de dos átomos por enlace iónico,
un electrón abandona el átomo más electropositivo y pasa a formar parte de la
nube electrónica del más electronegativo. El cloruro de sodio (la sal común) es un ejemplo de enlace iónico: en él se combinan sodio y cloro, perdiendo el primero un electrón que es
capturado por el segundo:
NaCl → Na+Cl-
En una solución, los enlaces
iónicos pueden romperse y se considera entonces que los iones están disociados.
Es por eso que una solución fisiológica de cloruro de sodio y agua se marca
como: Na+ + Cl-, mientras que los
cristales de cloruro de sodio se marcan: Na+Cl- o simplemente NaCl.
Enlace metálico
Un enlace
metálico es un enlace químico
que mantiene unidos los átomos (unión entre
núcleos atómicos y los electrones de valencia, que se juntan
alrededor de éstos como una nube) de los metales entre sí.
Estos átomos se agrupan de forma muy cercana
unos a otros, lo que produce estructuras muy compactas. Se trata de líneas tridimensionales que adquieren estructuras tales como: la típica de empaquetamiento
compacto de esferas (hexagonal
compacta), cúbica centrada en las caras o la cúbica centrada en el cuerpo.
En este tipo de estructura cada átomo
metálico está dividido por otros doce átomos (seis en el mismo plano, tres por
encima y tres por debajo). Además, debido a la baja electronegatividad que poseen los metales, los electrones de valencia son extraídos
de sus orbitales. Este enlace sólo puede
estar en sustancias en estado sólido.
Los metales poseen algunas propiedades
características que los diferencian de los demás materiales. Suelen ser sólidos
a temperatura ambiente, excepto el mercurio, y tienen un punto de fusión alto.
El enlace metálico es característico de los
elementos metálicos. Es un enlace fuerte, primario, que se forma entre
elementos de la misma especie. Al estar los átomos tan cercanos unos de otros,
interaccionan sus núcleos junto con sus nubes electrónicas, empaquetándose en
las tres dimensiones, por lo que quedan los núcleos rodeados de tales nubes.
Estos electrones libres son los responsables de que los metales presenten una
elevada conductividad eléctrica y térmica, ya que estos
se pueden mover con facilidad si se ponen en contacto con una fuente eléctrica.
Los metales generalmente presentan brillo y son maleables. Los elementos con un
enlace metálico están compartiendo un gran número de electrones de valencia,
formando un mar de electrones rodeando un enrejado gigante de cationes. Muchos de los metales
tienen puntos de fusión más altos que otros elementos no metálicos, por lo que
se puede inferir que hay enlaces más fuertes entre los distintos átomos que los
componen. La vinculación metálica es no polar, apenas hay
diferencia de electronegatividad entre los átomos que participan en la interacción de la
vinculación (en los metales, elementales puros) o muy poca (en las aleaciones),
y los electrones implicados en lo que constituye la interacción a través de la
estructura cristalina del metal. El enlace metálico explica muchas
características físicas de metales, tales como maleabilidad, ductilidad, buenos en la conducción de calor y electricidad, y con brillo o lustre (devuelven la
mayor parte de la energía lumínica que reciben).
La vinculación metálica es la atracción
electrostática entre los átomos del metal o cationes y los electrones
deslocalizados. Esta es la razón por la cual se puede explicar un deslizamiento
de capas, dando por resultado su característica maleabilidad y ductilidad.
Los átomos del metal tienen por lo menos un
electrón de valencia, no comparten
estos electrones con los átomos vecinos, ni pierden electrones para formar los
iones. En lugar los niveles de energía externos de los átomos del metal se
traslapan. Son como enlaces covalentes identificados.
Enlace covalente
Un enlace
covalente entre dos átomos o
grupos de átomos se produce cuando estos, para alcanzar el octeto estable,
comparten electrones del último nivel. La
diferencia de electronegatividades entre los átomos no es suficiente.
De esta forma, los dos átomos comparten uno o
más pares electrónicos en un nuevo tipo de orbital, denominado orbital molecular. Los enlaces covalentes
se suelen producir entre elementos gaseosos o no metales.
El enlace covalente se presenta cuando dos
átomos comparten electrones para estabilizar la unión.
A diferencia de lo que pasa en un enlace iónico, en donde se produce la
transferencia de electrones de un átomo a otro; en el enlace covalente, los
electrones de enlace son compartidos por ambos átomos. En el enlace covalente,
los dos átomos no metálicos comparten uno o más electrones, es decir se unen a
través de sus electrones en el último orbital, el cual depende del número atómico en cuestión. Entre los dos átomos pueden compartirse uno, dos o
tres pares de electrones, lo cual dará lugar a la formación de un enlace
simple, doble o triple respectivamente. En la representación de Lewis, estos enlaces
pueden representarse por una pequeña línea entre los átomos.
Tipos de sustancias covalentes
Existen dos tipos de sustancias covalentes:
Sustancias covalentes moleculares: los enlaces covalentes forman moléculas que tienen las siguientes
propiedades:
·
Temperaturas de fusión y ebullición bajas.
·
En condiciones normales de presión y temperatura (25 °C aprox.)
pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos
·
Son blandos en estado sólido.
·
Son aislantes de corriente
eléctrica y calor.
·
Solubilidad:
las moléculas polares son solubles en disolventes polares y las apolares son
solubles en disolventes apolares (semejante disuelve a semejante).
Redes o sustancias covalentes reticulares: Además las sustancias covalentes forman redes cristalinas, semejantes a los compuestos iónicos, que tienen estas
propiedades:
·
Elevadas temperaturas de fusión y
ebullición.
·
Son sólidos.
·
Son sustancias muy duras
·
Son aislantes (excepto el
grafito).
·
Son insolubles.
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